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Elaboración de una parra






Para realizar la primera parte de este trabajo, vamos a utilizar los materiales y herramientas que muestro en la foto.
- Alambre (conviene que sea muy fino para poderlo doblar sin mucha dificultad con el alicate).
- Papel de cocina.
- Alicates (conviene que sean dos).







Cortamos para este trabajo 9 trozos de alambre y hacemos grupos de tres. Cada grupo lo hacemos de una medida diferente.







Una vez cortados los trozos los juntamos todos, teniendo en cuenta que, en la parte más pegada al suelo, todos los troncos tienen que coincidir. Esto es porque se supone que es el inicio del tronco y también la parte más gruesa. Base del tronco = zona con más alambres (más gruesa).







En esta imagen podemos apreciar el pliegue que resulta al doblar el alambre con el alicate. Este pliegue se consigue, aunque no lo muestro en la foto, como consecuencia de utilizar dos alicates: uno sujetando la base y otro haciendo el giro para que se quede trenzado o unido entre sí.







Como podéis apreciar en esta imagen, la primera parte del trabajo ya la tenemos hecha y, como podéis apreciar también, las diferencias de las medidas son para simular las ramas. La parte de la base, como podéis apreciar también, es más gruesa que el resto de la parra. Este efecto es el que podemos ver en cualquier árbol natural, el tronco es siempre más ancho.







Segunda parte del trabajo: en un recipiente echamos a partes iguales cola blanca y agua, lo removemos bien con un pincel.







Esta mezcla es la que nos va a servir para realizar el siguiente paso.










Aplicamos directamente cola blanca al tronco de la parra, procurad no darle a todo a la vez porque tenemos que dejar un trozo para poderlo sujetar con la mano mientras aplicamos cola al resto.









Cogemos un trozo de papel de cocina y pegamos un extremo al tronco, después mojamos el pincel en la mezcla que hicimos anteriormente de cola y agua y vamos enrollándolo alrededor del tronco siempre con la ayuda del pincel mojado. Esto hace, una vez seco, que el tronco quede consistente y nos permita pintar sin ningún tipo de problemas. Fijaros también en el efecto que queda una vez pegado el papel. El tronco y las ramas quedan como trenzadas, pues si os dais cuenta, eso pasa en la realidad con este tipo de árboles.







En esta imagen se puede ver el tronco terminado pero sin pintar.





Aquí vemos el tronco pintado con color marrón algo aclarado como base y después, una vez seco, mojamos la punta del pincel en un poco de marrón, esta vez más puro y aplicamos en distintas zonas para matizar algunas partes del tronco. Una vez seco, le damos a pincel seco una veladura por gran parte del tronco de color blanco.







Este sería el resultado final.

 
Colaboración con el boletín de Juan Carlos Marcos de Majadahonda (Madrid)
 
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